Wednesday, February 15, 2006

Hilando palabras para ti amigo...

/ Hilando palabras para ti.... - [C:180734]

Los relojes detuvieron su andar
ese jueves 9 de febrero....

Como un brutal golpe de martillo
tu vida se cercenó....
y con ella se fueron tus palabras,
mas nos quedan tus recuerdos
y tu gran amor a todo ser viviente...
toda expresión humana....

La pioja ahora
no busca a los gatos para sus travesuras,
se quedó sentada en la silla que tanto te gustaba
y olfatea tu aroma
que aun ronda en la casa...


Hilo palabras para ti...

Hasta siempre amigo...

Friday, February 10, 2006

Gustavo Malomo Morani*

*
Murió mi amigo cuentero, un infarto cardíaco se lo llevó en la madrugada del 9 de febrero, no alcancé a despedirme. aunque la verdad es que nunca nos despediremos, nos unen las letras.

No quiero tener que arrepentirme de no cedirle a alguien que lo quiero, puede legar un momento en que nos separe la vida y no tenga la oportunidad.

Él sabe que lo quero, yo sé que me quiere..... pero es importante decirlo en su momento ....

Gus... gracias por tu tiempo y tus 44 años de vida, por las charlas y las palabras, te extrañamos en la página.... ahora nos ves a todos ... y te lloramos y te bendecimos.

No estoy exactamente triste ni desolada, nos encontraremos....

Tu amiga de siempre:
Vero

Thursday, February 09, 2006

Frases de Gus

21 de Enero
Malomo

Que lindo!!
Que tengas un viaje precioso y que disfrutes mucho del paisaje.
Despues mandame unas fotos!
:-)
besos
Malomo

31 de Diciembre 2005
Verónica,
que en el 2006 el sol continúe brillando sobre esas cumbres, y que tu puedas disfrutarlo en toda su maravilla.
Que tengas un feliz año.


26 de Diciembre 2005
Malomo

Mas vale que nunca, espero que hayas pasado una Navidad tan preciosa como debe ser.
La mia fue muy bonita también.
Gracias por el recuerdo.
Un beso
malomo

Hola cumbre soleada!!!!
Gustavo

Gustavo Malomo, in memoiam

Para mí en el día de mi cumpleaños.

Luna nueva

Ya lo sé Caro, había prometido dedicarte mi siguiente texto.
Mi siguiente texto aún no llegó. Nunca llegará. La muerte prohibirá todos mis siguientes textos.
Aún te debo un cuento.
Como le debo cuentos a Rodrigo-hijo-mío, o al Sergio que llora en bellas analogías la ausencia de un hombre en el nombre del padre, amén.
Le debo cuentos a Silvio que le debe canciones a los pecados que no cometió.
En eso te gané Silvio: yo los cometí todos, con más prosa que poesía.
Me ha castigado bastante la estupidez aprendida de creer que vivir es un pecado.
Calmé mis llantos chupando de las tetas electrónicas made in China “as seen on TV”
Tengo un telescopio comprado con el sueldo del primer trabajo que tuve cuando dejé prematuramente el secundario donde hubiera aprendido astronomía.
Tengo computadoras que no puedo utilizar pues me cortaron el suministro de energía por falta de pago.
Tengo un autoinmóvil sin combustible.
Tengo alimentos que me cuesta comer porque tengo agujeros en mis muelas que ya debería haber llevado a un dentista que me va a trepanar sin importarle nada de mis manos agarrotadas en el posabrazos, ni el sudor frío que perlará mi frente.
Tengo una insuficiencia cardíaca autodiagnosticada, que me provoca una ansiedad que calmo fumando dos cajas de cigarrillos al día.
Tengo dos canales porno, y un sexo anquilosado por temor al sida.
Tengo un doctor aficionado y neurótico con consultorio en mi cabeza, que estudia enfermedades sólo para recrear en mí sus síntomas, aunque me desaconseja que visite un médico real por miedo a que este me diagnostique la pena de muerte a la que me condenó mi gestación.
Tengo un hijo en el debe de todos mis tiempos.
Tengo una perrita recibiendo todos mis excedentes de amor hacia la compañera que no está, que se fue.
Tengo, tengo, tengo. Tengo la peor subversión cartesiana de la vida: “Tengo, luego existo”
Tengo un agujero de mierda y no es mi culo. Es el desasosiego que me deja el balance obligado de cada cumpleaños cuando el revisionismo me llena de negrura.
Cuando me pregunto si este será finalmente mi último año de vida.
Cuando la prédica de los valores que sustento con mas verba que praxis, me hace comparable al papa célibe que escribe encíclicas sobre sexo.
Hoy tengo cuarenta y cuatro años sumando deudas de vida que trato de amortizar aquí con el santo sacramento de la confesión para que no me autoejecute la cancelación del pago: De penitencia deberás sobrevivir a tus miserias, ego te absolvo a peccatis tuis, ve en paz y no peques más hasta la próxima compulsión.
Esta noche no habrá cuarenta y cuatro velitas sobre un pastel, únicamente estará esa que ilumina mi oscuridad sobre la mesa de noche, la soplaré con los ojos cerrados minutos antes de dormir, y mis deseos convocarán al sueño que venga a contarme tres fábulas que me enseñen que tanta pena es la que da sentido a la alegría.



Gustavo Malomo
Montevideo 21 de julio de 2005, 1.33 am